martes, 10 de septiembre de 2013

Salsa de tomate frito casero

Tomates maduros
Carne de pimientos secos 

Ingredientes
Tomates (muchos tomates maduros), carne de pimiento choricero, una cebolla, unos dientes de ajo, pimienta negra molida, azúcar y sal.

Preparación
Se lavan bien los tomates, se les quita la parte dura del rabo y lo que puedan tener en malas condiciones, se van cortando a trozos y se ponen en una sartén o cazuela, a poder ser viejas (al menos si es una sartén y que no se use para otra, cosa pues el ácido del tomate no creo que se lleve muy bien con la capa antiadherente). Cuando se vaya haciendo soltará mucha agua (yo lo suelo ir quitando en algún recipiente que luego voy a vaciar en mi planta de compost junto con los demás restos que voy quitando de los tomates, para eso todo sirve mientras sea de origen vegetal). 
Sofrito de cebolla, ajo y pimienta
El sofrito con la carne de los pimientos
Cuando ya esté bastante hecho lo paso por la maquinita de la manivela o un pasapurés. (Hay unas maquinitas que se sujetan con una ventosa a la encimera o a una mesa de cocina con una tolva donde se echa el tomate de la sartén y al darle a la manivela sale por un lado la pulpa y por otro las pieles; se le pueden dar varias pasadas a las pieles, y es conveniente hacerlo, para sacarlas toda la pulpa).
Tomates en la sartén
Todos los tomates en la cazuela
Yo suelo hacer tres o cuatro sartenadas, para empezar, para tenerlo preparado para cortar el hervor de los otros ingredientes.
En una cazuela grande (depende de la cantidad que se vaya a hacer y eso habrá que tenerlo en cuenta para calcular la cantidad de los demás ingredientes), se echa un buen chorro de aceite, se pone al fuego y se le añade una cebolla cortada muy menuda, creo que se dice en "brunuá", pues mejor en "petit brunuá", unos dientes de ajo picados menuditos, pimienta negra molida al gusto, quiero decir que la cantidad echas como te guste. Cuando ya esté le cebolla pochada, comenzando a dorarse, añades la carne de pimiento choricero, revolviéndolo a menudo para que no se pegue y cuando hayas calculado que el pimiento ya está, apagas el fuego y añades las 3 o 4 sartenadas que tienes ya preparadas de pulpa de tomate para cortar el hervor y que no se queme la cebolla o cualquiera de los otros ingredientes con el calor de la cazuela.
Y ahora a seguir añadiendo sartenada tras sartenada de tomate hasta que acabes con todos los que tengas idea de hacer y revolviéndolo para que se mezclen todos los ingredientes.
Tarros preparados
Tarros llenos
Cuando hayas acabado llega el momento de ponerlo todo un rato al fuego para que evapore algo de agua, sólo si es necesario, y de añadir el azúcar, para corregir la acidez natural del tomate y de sal para que no esté soso. Estas dos cosas las vas echando, revolviendo para que se disuelvan y probando. Cuando consideres que ya está a tu gusto es el momento de llenar los tarros para su conservación.
Si son de boca estrecha, como los que he puesto yo, una forma muy fácil y barata de hacer un embudo es con una botella de aceite vacía. Se le quita el tapón, se corta unos cuantos centímetros por debajo de la boca todo alrededor y ya tienes un embudo.
Llenas los tarros y para estar seguro de que están bien cerrados y hacer el cierre más fácil, colocas la tapa encima y giras suavemente hacia la izquierda hasta que oigas 2 clic, clic y clic, entonces giras a la derecha hasta que haga tope.
Y cuando los tengas llenos los hierves unos cuantos minutos al baño María. Yo suelo hervirlos aproximadamente 15 minutos. Los dejas enfriar en el recipiente donde han hervido y ya están listos para conservar.

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