Hoy le toca el turno al tomate llamado corazón de buey. Si es por el tamaño, me parfece un poco exagerado, podía ser corazón de oveja, o de cerdo, y aún así no creo que se aproxime al tamaño, aunque no son pequeños, al menos algunos ejemplares.
Es un tomate de carne roja y dura, de los diseñados para el mercado porque pueden aguantar bastantes días, una vez separados de la planta, sin ponerse demasiado blandos. Su sabor no tiene nada de especial, más bien soso aunque alguno, a veces, pueden dar algo más de sabor. Yo lo llevo cultivando dos años para ver si se hibrida con mis otras variedades y da un tomate de carne más tiesa y de buen sabor, combinando las cualidades positivas de los dos, pero hasta la fecha no he dado con esa planta, aunque aún no desespero, pues los tomates se suelen hibridar, de forma natural, con mucha facilidad según he podido comprobar.
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