Así dejan los mirlos los tomates después de darse un buen festín con ellos. De momento sólo se comen los que quedan cerca del suelo y pueden alcanzar sin subirse a las ramas, pero como comiencen a comerse los altos habrá que pensar en ponerles redes, como tuve que hacer el pasado año porque se comían muchísimos tomates. Esos no los quito porque mientras sigan comiendo de ellos no comerán otros; eso espero.
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