martes, 20 de agosto de 2013

Guindillas en vinagre

Guindillas recién cogidas
Guindillas limpias

Ingredientes
Guindillas verdes (preferiblemente gildas), sal, vinagre de vino blanco y limones


Preparación 

Se lavan bien las guindillas y si se quiere se las corta el rabo para aprovechar mejor la cabida de los tarros, ya que algunas tienen el rabo bastante largo. Yo lo hago así para ahorrar vinagre y espacio en los tarros, así caben más guindillas en cada tarro y a la vez que les voy cortando los rabos las voy clasificando en guindillas más o menos rectas, guindillas retorcidas y guindillas pequeñas, así puedes elegir mejor el tipo de tarro para cada grupo: tarros altos, tarros anchos o tarros pequeños.
Tarros listos para el vinagre
Tarro lleno
Se llenan los tarros con las guindillas limpias procurando meter la mayor cantidad posible de ellas en cada tarro colocándolas bien, pues en otro caso se llenan los tarros con unas pocas guindillas. 
En una cazuela, a poder ser de acero inoxidable, se prepara una especie de salmuera, pero no demasiado salada, con la cantidad de liquido que se calcule será necesario para rellenar los tarros. Para calcular cuanto vinagre voy a necesitar primero lleno los tarros, con las guindillas dentro, con agua y al ir quitando el agua lo voy midiendo para ver cuántos litros necesitaré.
Tarros completos
Cuando sepas los litros que vas a necesitar es el momento de echar esa cantidad de vinagre y un poquito más, por si acaso,en una cazuela y la pones al fuego para hacer que el vinagre se temple un poco. No es necesario muy caliente, pero sí conviene un poco templado. Añades la sal y das unas vueltas para que se deshaga en el vinagre. 
Mientras, puedes ir exprimiendo unos limones (yo suelo echar por lo menos el zumo de un limón por cada litro de vinagre, si los limones son de poco jugo quizás te convenga echar algo más).
Cuando el vinagre esté templado se le añade el zumo de limón, que actúa más o menos como antioxidante y evita que las guindillas se pongan oscuras y se conserven con un color más clarito y agradable a la vista cuando se abra el tarro. 
Se llenan los tarros en caliente y se cierran herméticamente (también en caliente) y se los deja reposar como mínimo un mes, o mejor dos antes de empezar a comerlas.


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