Hoy he dado pasaporte a la calabaza más grande que coseché en octubre. Aprovechando que en el pueblo celebraban una comida de hermandad les ofrecí la calabaza para echarla como ingrediente en el cocido de alubias pero no la aceptaron, así que la he hecho trozos y los he repartido entre algunos de los visitantes y uno que me he quedado yo para ir gastando de él cuando lo necesite para mis preparados culinarios.
Así de hermosa era la calabaza. Pesaba aproximadamente 30 kilos, y eso que estaba hueca, como casi todas las calabazas. Las semillas las he limpiado para dejarlas secar y comérmelas a ratos perdidos o cuando vaya de paseo, para el camino, que dicen que son buenas para la próstata.
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