lunes, 12 de agosto de 2013

Manos de concejal a mi estilo


Ingredientes 
 Orejas de cerdo adobadas                    2
  Patas de cerdo adobadas                     2 
  Ajo                                                       2  o 3 si prefieres
  Cebolla                                      Un trozo o una pequeña
  Laurel                                                   1  Hoja
  Orégano                                               Un poco
   Pimienta negra molida                          Un poco
  Pimiento choricero                               5
  Vino tinto                                              1  Vaso (1/4 de litro)


Instrucciones
2 patas y 2 orejas
Pimientos choriceros
  Se limpian las patas y las orejas, teniendo cuidado de que no queden pelos (a veces no vienen perfectamente limpias y pueden quedar algunos pelos del cerdo). En caso de que haya pelos se chamuscan y se "afeitan" con un cuchillo que corte bien. Aún  así, cuando estén cocidas seguramente aún aparecerán pelos. Cuando estén limpias de pelos se lavan con agua y se ponen a remojo unas cuantas horas para quitarles el exceso de sal de la salmuera con la que se prepararon para el adobo. Conviene cambiarlas el agua 2 o 3 veces.
  Luego ya se pueden cocer. En olla exprés suele bastar con media hora hirviendo. Si las patas y las orejas son secas quizás necesiten unos minutos más, 35 o 40 minutos.
  Mientras se cuecen puedes preparar los pimientos choriceros (pueden servir ñoras o cualquier pimiento seco, incluso la carne de pimiento choricero que venden en tarros, pero esa seguro que tiene más cosas además de pimientos: conservantes, colorantes, etc)
Pimientos en remojo
Carne de los pimientos
  Se abren los pimientos, se les quitan las semillas y se echan a remojo con agua suficiente para cubrirlos, se calienta un poco hasta que se temple y se tienen un buen rato en  remojo para que se ablande la carne del pimiento. Cuando la carne esté blanda, raspando con un cuchillo con cuidado de no cortar la piel (por mucho cuidado que pongas seguramente se te romperá muchas veces), se va separando la carne de la piel y se echa en un recipiente. Cuando hayas quitado la carne de todos los pimientos conviene desmenuzarlo. Yo lo hago a base de tijeretazos. Los puedes hacer con una batidora con piel y todo y si los bates lo suficiente no se suelen encontrar trozos de piel; lo he probado de las dos formas y, al final, el resultado es casi igual.
Cebolla y ajo friéndose
Añadida la carne de los
pimientos
  En una cazuela (yo uso cazuela de barro pero supongo que se podrá usar de cualquier otra clase) con un chorro de aceite poner la cebolla picada menuda (creo que llaman en brunuá) y los ajos picados para que se vayan dorando. Cuando comiencen a dorarse se añade la carne de pimiento, removiendo a menudo para mezclar con la cebolla y para evitar que se pegue (cosa frecuente en cazuelas de barro); también se pueden echar las especias: un poco de orégano, un poco de pimienta negra molida y la hoja de laurel, para que la salsa vaya cogiendo el gusto.
  Si usas cazuela de barro conviene echar el vino caliente para que el contraste de temperatura no te  reviente la cazuela y pierdas la cazuela y el guiso. Así que ya es el momento de ponerlo a calentar  (puedes usar el microondas).
Cubitos de jugo de
pimiento
Guiso terminado
  Cuando consideres que la carne de pimiento está más o menos ya hecha es el momento de agregar las patas y las orejas de cerdo troceadas y revolverlo con la salsa para que se mezcle bien. A continuación echas el vino con cuidado, poco a poco, para estar seguro de no echar a perder la cazuela y acaso el guiso. Si te parece que tiene poca salsa con el vaso de vino, puedes echar un poco de agua o más vino, según tu gusto o si dispones de ellos, unos cubitos de jugo de pimiento congelado. (Es lo que echo yo; cuando aso los pimientos, por septiembre y octubre, al pelarlos y limpiarlos voy recogiendo el jugo que sueltan, lo cuelo y parte de ello, o todo si es necesario, lo echo en los tarros con los pimientos que voy a conservar, pero si me sobra parte del jugo lo meto en bolsitas para cubitos de hielo y lo congelo para usarlo durante el año en guisos o salsas).
  Como las patas y las orejas ya están cocidas no es necesario mucho tiempo para acabar la faena. Entre 5 y 10 minutos hirviendo toda la mezcla es más que suficiente, removiendo a menudo pues las patas son gelatinosas y en cazuela de barro se pegan al menor descuido y se te puede quemar por algún sitio y cambiar el sabor a peor.
  Eso es todo y que te aproveche.
El título de la receta es porque siempre se ha dicho que: para hacer "chorizo" lo mejor es el cerdo; en este país no hacen falta más explicaciones.

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